Oriunda de la ciudad de Otawa, Canadá. Cursó estudios de ejecución musical en su país, y literatura en la Universidad de la Sorbona en Francia, fue Primera Dama de la República en la administración del licenciado Daniel Oduber Quirós. Además de haber contribuido con las bibliotecas de Costa Rica, tuvo amplia participación en otras áreas; entre ellas el cooperativismo y conservación del medio ambiente.
En la década de los años 70, Doña
Marjorie visualizaba las bibliotecas como centros de aprendizaje. Son un mundo
maravilloso decía y los bibliotecólogos tienen el reto de llevar a cabo esa
transformación.[1]
“Quizá su principal y más
fructífera actividad como Primera Dama, a la que dedicó incontables horas, fue
el desarrollo del Programa de Bibliotecas Rurales, en cuya ejecución
colaboraron la Asociación de Damas Diplomáticas y un importante grupo de
señoras costarricenses que coordinaba doña Cecilia Álvarez, asistente vitalicia de
la Ex Primera Dama de la República.
Para la ejecución del Programa
se adquirían grandes cantidades de libros adecuados para los niños -ediciones
de cubierta dura, letra grande y vistosas ilustraciones- y se distribuían a
escuelas rurales, junto con estantes de alegre colorido. El Estado contribuía
con recursos para el Programa: pero para recaudar fondos adicionales Doña
Marjorie y sus colaboradoras efectuaban ferias, exposiciones y otras
actividades”.[2]
"La señora Elliott fue gran impulsora, no solo de las bibliotecas escolares, sino también de las
bibliotecas públicas, incluyendo también la Biblioteca Nacional y algunas
bibliotecas universitarias, entre ellas la de la Universidad Estatal a Distancia
UNED y la de la EARTH; por lo que su aporte será recordado con inmenso
cariño por los costarricenses" La fotografía muestra una donación de
libros hecha por Ella a la Biblioteca Pública de Ciudad Colón en el año 1988.
Recuerdo una importante donación de libros de Ella a la Biblioteca
W. K. Kellogg de la Universidad EARTH, con la intención de despertar el gusto por la lectura entre los jóvenes de ese centro educativo, además de la literatura técnica que forzosamente deberían leer como parte del programa académico. Como si eso fuera poco, "posteriormente dono a esta Universidad la finca La
Flor, un terreno ubicado a Liberia, Guanacaste, de 1.500 hectáreas. Allí, la
familia Oduber Elliott pudo haber encontrado una rentabilidad espeluznante; pero
su corazón le sugirió donarlo y el gesto nos dejó pasmados de admiración, no
por ellos, sino porque, en una época tan materialista, acciones como estas son
pocas y le mueven el corazón a cualquiera.
En mayo del 2006, la Federación de
Municipalidades de Guanacaste distinguió a doña Marjorie Elliott viuda de
Oduber, con el título de Ciudadana Emérita de Guanacasteca por su inestimable
contribución a la cultura, tecnología y educación en esa provincia".[3]
La sesión 1261, del Consejo Universitario
de la UNED, celebrada el 2 de abril de 1997 da cuenta del siguiente gesto:
ARTICULO II, inciso 3) Se recibe nota del
13 de marzo de 1997, suscrita por la Sra. Marjorie de Oduber, en la que informa
que ha decidido hacer formal su palabra de donarle a la Universidad, la
biblioteca del Lic. Daniel Oduber.
Al respecto SE ACUERDA: 1. Comunicarle a
la Sra. Marjorie de Oduber que el Consejo Universitario está de acuerdo en
recibir la donación de la biblioteca del Lic. Daniel Oduber y ubicarla en un
local apropiado en las instalaciones centrales de la Universidad, que garanticen la custodia y
la preservación de esos materiales. Se le informará en el momento en que se
haya fijado específicamente el lugar.
2. Solicitar a la Comisión de Desarrollo
Organizacional que, en conjunto con la Dirección Administrativa, en un plazo de
15 días naturales, señale a este Consejo, los requerimientos técnicos y la
posible ubicación de esta biblioteca.
3. Expresar a la Sra. Marjorie de Oduber, el
agradecimiento del Consejo Universitario, por confiar en la Universidad Estatal
a Distancia una colección tan valiosa, que va a engrandecer a esta Universidad,
fundada por el Ex-presidente Daniel Oduber Quirós. Acuerdo firme.[4]
No puedo omitir también la donación de una
excelente colección de música clásica donada por ella en la década de los 80 a
la Biblioteca Nacional de Costa Rica con la intención de que los usuarios de
tan importante casa de lectura disfrutaran de música clásica de fondo y así disfrutaran
más de la lectura (recordemos que doña Marjorie era pianista y tenía un gran gusto por la música, especialmente la música clásica).
La señora Elliott de Oduber, ha fallecido
el 16 de abril del presente año 2015; sin haber sido reconocida por su aporte a
las bibliotecas y por ende a la educación costarricense. Dejo abierta la
inquietud a instituciones como el Ministerio de Educación, el Ministerio de
Cultura, La UNED, El Colegio de Profesionales en Bibliotecología la EARTH o el SINABI a
efecto que consideren la posibilidad de un homenaje póstumo a una persona que
fijó sus esperanzas en la bibliotecas.
Léase en el siguiente vínculo una de las
noticias de la época que circulaban en los medios de comunicación de la época, cuando Doña
Marjorie fue Primera Dama de la República. Bibliotecas rurales.
[1] Publicado
por la Organización de Estados Iberoamericanos OEI: http://www.oei.es/noticias/spip.php?article10615
[2] Tomado
de la biografía de Doña Marjorie, publicada en: http://cambiopolitico.com/biografia-marjorie-elliott-sypher/63612/
[3] Tomado de
Revista Perfil 15 de febrero de 2007.
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