28 sept 2019

Comuna 13 de Medellín: el drama del conflicto armado (Un libro que vale la pena leer)

Con este post pretendo destacar el valor de un libro que debiera estar en las bibliotecas de nuestros países latinoamericanos, como instrumento que favorezca la convivencia en paz y otros valores como la educación, el trabajo y la familia. Más datos de la publicación son mencionados en el último párrafo.

La Comuna 13 de Medellín, Colombia, nació durante la segunda parte del siglo XX, ante la llegada de personas humildes en estado de pobreza, que fueron apropiándose de la zona con la esperanza de llegar a tener un predio donde construir un techo para vivir. Posteriormente fueron llegando también familias desplazadas por la violencia. La Comuna 13 era un sector con serios problemas de salud y miseria donde se carecía hasta de servicios básicos, como agua y electricidad. (Recordemos que la década de los 90 fue una época dificilísima para la ciudad de Medellín, coincidiendo con guerrillas internas y acciones del narcotráfico) El libro cuenta que esta barriada (La comuna 13) sumida en la pobreza extrema y el abandono de los gobernantes, tuvo que enfrentar, entre 1990 y 2002, una cruda historia de violencia proveniente de bandas de la delincuencia común, milicias guerrilleras y grupos paramilitares que se asentaron en el lugar.

Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar ese lugar, compartir con su gente y escuchar de sus propios labios los horribles acontecimientos de violencia vivida en aquel entonces, especialmente en la última década del siglo XX. El asunto comenzó con el agobio de bandas de delincuentes comunes que poco a poco fueron surgiendo en la zona y tomando control de gran parte de la Comuna; quienes cometían diariamente toda clase de abusos contra la población; hurtos, extorsiones, agresiones, amenazas y violaciones, entre otros delitos. Situación que posteriormente se complicó aún mas; ya que grupos paramilitares también fueron estableciéndose de la Comuna 13; entre ellos, las Milicias Populares (MP) el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y un nuevo grupo de milicias independientes autodenominado Comandos Armados del Pueblo (CAP). Todos estos grupos eran enemigos entre si, los cuales iban adquiriendo dominio de ciertas zonas de la Comuna, por medio de batallas campales entre ellos mismos y sin respetar los derechos fundamentales de los vecinos del lugar, niños, adultos, enfermos, mujeres, etc.

El nivel de violencia era tan espantoso que ni siquiera la fuerza pública podía ingresar al lugar, apenas se limitaban a actuar en la periferia de la comuna, porque en el interior eran atacados con armas de grueso calibre y municiones en manos de estos grupos. Las autoridades del Gobierno de la República se veían imposibilitados hasta para recoger los muertos, porque los cadáveres eran rellenados con dinamita y convertidos en bombas que los delincuentes hacían explotar en el momento que las autoridades llegaban a recogerlos.

La situación cambió a partir del año 2002, cuando el gobierno decidió utilizar las fuerzas armadas del ejército para atacar la comuna 13 por aire y tierra, hasta acabar con los grupos que sembraban terror no solo en esa comuna sino en todo el Departamento de Antioquia. Las personas encarceladas y otras muertas, fueron muchas. Esa acción se conoció con el nombre de “Operación Orión” muy recordada todavía por los vecinos del lugar.

A partir de entonces el estado decidió interesarse por los problemas de los pobladores que subsistían en esa zona y apoyarlos en la solución de los problemas prioritarios y la implementación de una estrategia conjunta (gobierno y vecinos) que viniera a propiciar una transformación de la comuna 13, pasando de ser un infierno, a convertirse en una comunidad deseosa de trabajar por el cambio, defensora de la paz, dispuesta a educarse y a cambiar la imagen de las barriadas. Fue así como tomo auge la iniciativa de la transformación de la Comuna 13 mediante el esfuerzo conjunto del gobierno y los habitantes del lugar.

Hoy 20 años después de esa historia, la Comuna 13 es un vivo ejemplo del poder de la gente de la comunidad, logrando en este caso, convertir el lugar en una comunidad apta para vivir y en uno de los principales centros turísticos de la ciudad de Medellín, Colombia.
Las primeras acciones de los jóvenes y la comunidad en general se orientaron al arte, a contar mediante la pintura de murales tipo grafiti la esperanza en una vida mejor, fue así como se empezaron a pintar las viviendas, la gente se abocó al estudio y la capacitación para el empleo. Por otro lado, el gobierno apoyó con mejoras en la infraestructura (construcción de vías y aceras, alumbrado público, servicios de salud, educación y transporte, etc.) Incluso un donante internacional consideró los esfuerzos de la población y optó por donar un sistema de gradas eléctricas que es de gran utilidad. Queda demostrado entonces que cuando el gobierno de una nación presta atención y brinda oportunidades a las comunidades deprimidas, éstas responden con acciones que conducen al bienestar, la paz y el desarrollo.

Mayor información sobre el caso de la Comuna 13 en el  vídeo anexo;  y aprovecho para sugerir la lectura del  libro del autor Yoni Alexander Rendón (*) titulado “Comuna 13 de Medellín: el drama del conflicto armado” Pulso y Letra Editores, 4ª ed., 2017. Disponible en las principales librerías de Colombia y en Amazon.

* El autor de la obra fue intendente de la Policía Comunitaria, mediador entre las comunidades desfavorecidas y el gobierno local, comprometido con los procesos sociales llevados a cabo en comunidades abatidas por el flagelo de la violencia. Impartió talleres a niños y jóvenes sobre la “no violencia” Este libro le ha merecido reconocimientos por parte de las comunidades, sus comandantes y los dirigentes políticos de la ciudad.

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